Nosotros vamos a haceros una propuesta que seguro que muy pocos de vosotros os habéis planteado alguna vez. ¡Un safari familiar por los parques naturales de Kenia!
Hay pocas cosas que a los niños les guste más que ver animales, por lo que os aseguro que hacer un safari de varios días para avistar animales salvajes en su hábitat natural, es una experiencia que nunca olvidarán.

Tengo que reconocer que este destino en un principio, por desconocimiento, nos planteaba serias dudas en cuanto a su idoneidad para viajar con niños. Sin embargo, nos alegró descubrir que es una experiencia muy recomendable para realizar con peques, y desde luego una de las más impresionantes para compartir en familia.
El primer parque que visitamos fue el Masai Mara. Este parque es la continuación del Serengueti, en Tanzania, pero por la parte de Kenia. Es el más conocido del país y, la verdad, es que su fama es bien merecida. Sólo durante nuestro primer día de safari vimos gacelas, impalas, jirafas, cebras, elefantes, leones, ñus, búfalos, y muchísimos más animales. Una experiencia realmente impresionante.

Además, al día siguiente, tuvimos la oportunidad de visitar una aldea masai, donde los miembros de su clan nos acogieron con el tradicional baile de bienvenida de su tribu y los cantos de las mujeres guerreras. Después nos invitaron a sus casas y nos contaron de primera mano su forma de vida y costumbres. Además, nos hicieron una demostración sobre cómo hacer fuego en menos de 2 minutos, frotando entre sí 2 palitos ¡impresionante!

Durante nuestro safari, también visitamos el lago Nakuru. Este parque, que rodea el popular lago, acoge a más de 350 especies de aves, pero es famoso, sobre todo, por su gran cantidad de flamencos. Tuvimos la oportunidad de dar un espectacular paseo andando por el lago (con las manadas de ñus y búfalos a corta distancia), y avistamos numerosas cigüeñas marabú, pelícanos blancos y garzas. Pero además de las aves, este parque tiene también una gran población de mamíferos, entre los que vimos jirafas, leones, cebras, antílopes, gacelas, hipopótamos, y sobre todo rinocerontes.

Al día siguiente visitamos el Lago Naivasha. Lo que se suele hacer en este lago, es visitar la isla de la Media Luna, famosa por ser donde se rodaron algunas de las escenas más bonitas de la película “Memorias de África”. Se cruza el lago en bote, con cuidado de no molestar a los hipopótamos que descansan en el agua. Una vez en la isla, se puede pasear tranquilamente (ya que no hay depredadores), sintiéndote uno más entre las muchas jirafas, cebras, gacelas, manadas de ñus y otros animales que allí habitan.

Por último, visitamos Amboseli (Torbellino en swahili), donde además de los numerosos “torbellinos” de arena que constantemente pueblan el paisaje, nos acompañó en todo momento, como escenario de fondo, el magnificente Kilimanjaro con sus montañas nevadas. Pero la gran atracción de este parque son los cientos de elefantes que lo pueblan. Decenas de familias enteras de elefantes caminan diariamente, desde las montañas hasta la llanura, para alimentarse ¡Un espectáculo realmente sobrecogedor!
Y para poner el colofón a estas impresionantes vacaciones, lo mejor después de unos días de safari es coger el tren o autobús que llevan directos a Mombasa, y descansar unos días en alguna de las numerosas playas paradisíacas, de arena blanca y aguas color turquesa, que se encuentran por los alrededores. Allí se pueden ver peces de miles de colores, estrellas de mar y hasta tortugas. El remate final para unas vacaciones familiares de ensueño.
Según palabras de mis hijos ¡Estas fueron las mejores vacaciones de su vida!
¿Y vosotros? ¿Os animáis a vivir una experiencia similar?
Si quieres saber más sobre cómo organizar un safari en familia, te interesará leer su post sobre su experiencia.
Esta es una colaboración de Mis viajes familiares para el Calendario de Adviento Viajero de Divertydoo 2018.