Me presento, soy Elena Sánchez, mamá de dos niños, una niña de 6 y uno de 2 años y de un Blog, La Guinda de Limón, en el que comparto mis experiencias desde que soy madre.
Hoy me gustaría compartir con vosotros un plan sencillo, pero muy chulo, para pasar un día en familia, en la naturaleza, huir de la ciudad y disfrutar de un lugar maravilloso
¿Qué os parece dar un paseo por La Boca del Asno?
La Boca del Asno es un entorno natural situado a 7,5 kms de la Granja de San Ildefonso en la provincia de Segovia, enclavado en plena la Sierra de Guadarrama, es un bosque de pinares, helechos y zarzamoras regado por el río Eresma.

Es un sitio ideal para pasar un día de campo rodeado de naturaleza, equipado con un merendero para hacer tu picnic y darte un remojón en el río y tan sólo a 1 hora de Madrid.
El área recreativa cuenta con una zona destinada a parking, nosotros fuimos un día de diario en pleno agosto y había bastante gente por lo que aconsejo ir tempranito para poder aparcar bien.
Nosotros fuimos hace dos veranos, cuando Darío era muy pequeñín. Con tan sólo 4 meses y con él encima porteando hicimos una mini rutita siguiendo la senda del río, mis pollitos y yo acompañados de una gran tribu de amigos.

Me atreví a pasar todo el día fuera con mi bebé de 4 meses, sin la comodidad de su camita o su carrito, en pleno agosto y por qué? Porque me gustan estas aventuras, vivir experiencias nuevas, excursiones así me encantan y me parece fundamental que mis hijos vivan momentos así, quizás el bebé podría habérselo ahorrado, demasiado pequeño, pero es lo que tiene ser el hermano pequeño, que vives cosas que quizás no vayan con su edad y también la imposibilidad de dejarlo con alguien.
Así que mochila porta bebé a los hombros y… ¡a caminar se ha dicho!

La ruta fue más difícil por llevar unos kilos de más encima, pero por él nada de nada, se durmió al ratín de meterlo en la mochila y paramos cuando despertó, tomamos el aperitivo, él incluido, y al reanudar la marcha, otra vez Zzzzzz.
Durante el camino vimos zarzamoras con moras casi a punto de madurar, que no tuvimos más remedio que probar.

Caballos salvajes pastando.

Y siempre el río, con ese sonido de agua repiqueteando y ese frescor… una maravilla.

Comimos en el merendero, tuvimos la suerte de coger una mesa a la sombra porque una familia se marchaba. Allí la gente tiene por costumbre, ocupar una mesa poniendo el mantel y la comida encima e irse a pasear o a bañarse, cosa que no me parece bien, pero si quieres coger mesa a la sombra tendrás que hacer eso.
En el área recreativa hay un bar donde dan comidas, puedes tomar cafés y helados, por si no te apetece llevar comida. Tiene también baños.
Lo que no hay es barbacoa, que para ser sinceros, mejor, así se evita cualquier posibilidad de fuego involuntario que eche a perder esa maravilla de lugar.
Por la tarde los niños fueron a bañarse en el río y a hacer carreras de barcos hechas con las cortezas de los árboles.

Fue un día genial, los niños disfrutaron mucho, es una gozada pasar un día en el campo, en la naturaleza, correr, saltar, gritar, reír, … Y además es un plan bastante baratito.
En verano tiene una luz impresionante y en otoño, los colores deben ser espectaculares.
Lo aconsejo al 100%, si estáis buscando plan para el finde, debéis tenerlo en consideración y si vais, ¡me contáis!
¡Besos!
Este post es una colaboración de La Guinda de Limón
para el Calendario de Adviento Viajero de Divertydoo 2018-2019.