Literatura infantil

Cuentos que educan: Un libro lleno de errores

¡Cuánto nos frustra un error!

¡Cuánto nos puede paralizar el miedo a equivocarnos!

 

Los errores nos frustran tanto a adultos como a niños. No nos gusta equivocarnos. No nos apetece ver en los ojos de los demás o en sus palabras que nos hemos equivocado. Y nos gusta menos aún nos gusta la voz que aparece en nuestro interior cuando nos equivocamos. “¡Eres tonto!”, “¿No eres capaz ni siquiera de hacer esto bien?”, “¡Si tampoco es tan difícil!”.

 

No digamos nada de las emociones que surgen en nosotros ante una equivocación, emociones que muy a menudo nos hacen muy difícil el manejo adecuado y sano de esa situación.

 

Esto es parte de lo que se habla tanto respecto a los niños, a baja tolerancia a la frustración. Hay niños a los que cuando no les sale una cosa, es mejor ponerse lejos, porque su estallido contra lo que tenga enfrente o lo que se cruce en su mente, a veces puede ser brutal. En realidad esto no es típico de niños. Pero se supone que a medida que vamos creciendo y “madurando”, vamos también siendo más capaces de gestionar nuestras emociones de tal manera que no nos sintamos superados por ellas.

 

Fotografía: Maribel Sobrino

 

A partir de estas emociones, una forma habitual de enfrentarnos al error es evitando actuar. No haciendo. Abandonando al primer error o en cuanto aparece una pizca de ese miedo a equivocarnos. O no haciendo por inseguridad, por no sentirnos capaces, por dudar de si podemos o no podemos “hacerlo bien”.

 

Si hablas con un profesional o con tu sentido común como madre o padre, sabrás la importancia de aprender de los errores. De los errores se puede aprender, y mucho. Si somos capaces de enfrentarnos al error, aprenderemos más de lo que pensamos. Aprenderemos que no pasa nada por no ser perfectos, porque algo salga mal. Pero también aprenderemos una cuestión actitudinal: reírse de los errores es posible, no juzgarnos por ellos es sano y constructivo, tomarse los errores de manera positiva es posible.

 

Y cuando los tomamos así, cuando no nos juzgamos por no hacer bien todo, podemos crecer y, por tanto, aprender.

 

A veces a los padres nos cuesta horrores explicar esto a nuestros hijos. ¿Cómo se transmite esto? ¿Cómo puedo convencer a mi hijo que no es tan grave equivocarse?

 

Aunque queramos transmitirle que el error no es nada tan malo, que puede incluso ser bueno, es frecuente que intentemos transmitir esto con un tono de voz enojado y puede que elevado, explicando a nuestro hijo que claro que puede, que lo intente. Y el siguiente paso, cuando nuestro hijo sigue bloqueado, nuestra frustración por no saber como ayudarle a enfrentarse a la situación, se transforma en rabia y en enfado. Desde estas emociones, está claro que ni nuestro hijo ni nosotros estamos en el mejor momento para manejar esa situación. Y la próxima vez que ocurra algo similar, ambos tendremos miedo a que la situación se repita y tenderemos a evitarlo.

 

Fotografía: Maribel Sobrino

 

Los cuentos son recursos estupendos para aprender de forma indirecta habilidades que nos cuestan. Enseñan herramientas que podemos utilizar en un momento difícil desde un punto tan indirecto que no nos protegemos, porque no nos sentimos cuestionados. No nos lo dicen a nosotros, lo cuentan en el libro, para cualquiera que lo lea. Desde ese punto siempre es más fácil abrir las orejas y la mente.

 

Estos días hemos descubierto un libro perfecto para aprender a manejarnos con los errores. Se trata de Un libro lleno de errores, de Corinna Luyken, y traducido por Vanesa Pérez-Sauquillo. Es de la editorial Lumen Infantil.

 

Un libro precioso por su mensaje y que contiene unas bellas ilustraciones. Mi hija enseguida se dió cuenta que los dibujos eran diferentes, así fuimos a buscar si tenían algo de especial. Y así era… Son dibujos realizados en tinta china y acuarela, muy finos, coloridos y muy atractivos para los ojos de un niño. Tanto el contenido como la parte visual te mantienen enganchado al libro.

 

Y además, ¡lo leerás y lo ojearás una y otra vez! 

 

Y lo mejor: tus hijos también lo harán.

 

 

Cuando dibujas, es muy fácil ser crítico y que no te gusten los trazos que van resultando en el papel.

 

Así inicia esta bonita historia que te hace pensar… con un error… Porque hacer un ojo mucho más grande que el otro, definitivamente es un error… ¿no es así?

 

Pero, ¿se te ocurre cómo usar este error para que puedas crear una bonita estampa? Quizá el error no quede tan horrible, queda quede hasta original… Quizá poniéndolo esto.. o esto otro…

 

¡¡¡Quizá ese error esté colaborando a encender la chispa de la inspiración!!!

¡¡Guau!! ¡Este error puede ser genial!

 

 

Un libro lleno de errores no te va a decir lo que tienes que pensar ni lo que tienes que hacer. Este libro te llevará, sin darte cuenta, a sacar tus propias conclusiones y te mostrará casi sin palabras, la belleza que puede haber en lo que en un principio se interpretó como un error.

 

 

Un libro lleno de errores te acompañará en el proceso de experimentar, mediante la narración y los dibujos, que un error (o una serie de errores) te puede llevar a resultados bonitos, originales y estupendos. Quizá incluso mucho mejor de lo que esperabas. Porque el error hace que las cosas sean imperfectas, puede llevar a cosas nuevas, a crear algo que nunca se te hubiera ocurrido, pero que te encanta.

 

El libro está dirigido a mayores de 4 años. Cada día tengo más claro que los libros no tienen edad. Que en cada edad el libro se usará de forma diferente, que no se sacarán los mismos mensajes, que la interpretación es libre según la persona y la edad, pero que el disfrute con el cuento puede ser igual de intenso. En casa mi hija de 8 años coge el cuento siempre que lo ve. Aunque no esté en ese momento leyendo, disfruta de él 5 o 10 minutos, y lo releído ya muchísimas veces. Y el pequeño, de casi 2 años, disfruta mucho de mirar las ilustraciones y sus colores. No entiende las letras, ni sigue la historia de principio a fin, pero juega con los colores, con dibujos de globos, de niños, y se deja hipnotizar…

 

Y después de leer todo esto, piénsalo, en realidad, ¿qué es un error?

Sólo es algo que nosotros interpretamos que no es correcto.

 

¿Y el error necesariamente es malo? ¿Tú que crees?

 

Con este cuento, y fijándonos en nuestra vida con mente abierta y ojos curiosos, podemos concluir que del error pueden salir cosas chulísimas.

 

¿Se te ocurren cosas que han sido las mejores y han empezado por una equivocación?

A mi se me ocurren unas cuantas ;).

 

¿Qué te parece si dejamos de censurar el error y empezamos a enfocarlo como una oportunidad? 😉

 
 

Para que sepas más de este libro, te dejo aquí los datos fundamentales:

 

Puedes conseguir el libro aquí:

 

Otros títulos recomendados:

Ellie, la elefantita creativa

El Garaje de Gus

 

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