He sido viajera desde que recuerdo. Cuando era pequeña no se llevaban lo de las largas distancias. Siempre que íbamos de vacaciones, convencía a mi padre para que cogiera el coche y descubriésemos algún sitio nuevo. Mi madre se mareaba mucho en el coche y a mi hermano le daba pereza. Pero mi padre no tenía ninguna pereza en coger el coche. Recuerdo un verano en Asturias, donde dijimos que no podíamos irnos de allí sin conocer los lagos de Covadonga. Desde Tapia de Casariego a Covadonga tardamos más de 5 horas, por la antigua carretera, pero se nos pasaron todos los males al ver esa maravilla de la naturaleza.
Así que en cuanto pude viajar sola, lo hice, por España y fuera de España. Entonces viajábamos dos. Cuando vino la peque, frenamos el ritmo, estuvimos en barbecho, conociendo y disfrutando una etapa desconocida para nosotros.
Desde que empezamos a salir con la peque, no hemos parado. Ahora somos cuatro. Nuestra forma de viajar ha cambiado, porque viajar en familia es diferente, pero muy enriquecedor.
Aquí tienes alguna ideas que he ido aprendiendo en estos casi 10 años para que tus salidas con peques sean estupendas.
Contenido
- 1 Ritmo slow y prepara a tu mente para tener alternativas
- 2 Prepara a los niños para el viaje
- 3 El sitio donde los niños van a dormir SÍ es importante
- 4 Kit básico con niños
- 5 Acompaña a tus peques mientras te muestran sus inquietudes viajeras
- 6 Cuenta con que habrá paradas para descansar y para jugar, ¡y disfrútalas!
Ritmo slow y prepara a tu mente para tener alternativas
Cuando viajábamos solos, llevábamos un planning de viaje casi por día para ver todo lo que más nos llamaba la atención del sitio. Con peques, lo ideal es organizarte y saber lo que quieres ver, pero teniendo claro lo imprescindible y lo que podrías pasar sin ver. Quizá podrías ver todo metiendo prisas a los enanos y a ti misma. En tu día a día ya sabes lo que pasa cuando en tu boca está continuamente el “¡Vamos!”, “Que no llegamos”,… Estamos de vacaciones. La virtud está en siempre en el punto medio: bajar el ritmo y ver las cosas más pausadamente, y que así no caigamos en nervios y estrés.
Prepara a los niños para el viaje
Antes de ir al lugar, aprovecha momentos de comida o de trayectos en coche, para hablarles de las cosas curiosas del lugar que vais a conocer. Transmíteles tu ilusión y lo que te llama la atención del lugar. Involúcrales en el plan. Están proliferando por la red un montón de viajeros que construyen a sus hijos pasaportes lúdicos. Sin duda, un gran acierto para que vivan la experiencia jugando y a la vez aprendiendo más sobre el lugar.
El sitio donde los niños van a dormir SÍ es importante
Sé que habrá gente que me lea que no lo vea así. Muchas veces oigo eso de “los niños duermen en cualquier parte”. Pues serán los tuyos, porque aquí tengo dos monstruitos que con la noche se transforman y solo quieren seguir despiertos ;). Solo la activación de la novedad les activa, así que si no tienen un lugar para dormir específico para ellos o un lugar destinado específicamente al descanso, por muy cansados que estén, tienen mucha dificultad para conciliar el sueño. Sé que muchas familias entienden de lo que hablo.
Hay niños que duermen estupendamente en la cama de sus padres. Como no es nuestro caso, en la etapa de bebés nos ha venido estupendamente preguntar al alojamiento si disponía de una cuna de viaje o sino llevar la nuestra. De esta forma nos asegurábamos que fuera más fácil el descanso.
Kit básico con niños
Con niños no puede faltar ropa para cambiarles, pero lo más importante es el kit básico de entretenimiento. Yo les dejo siempre que cada uno se lleve una mochila con sus cosas, las que ellos elijan, las que quieren tener aunque no estén en casa, incluido algún libro. Y yo siempre llevo un bolso con algún juego de mesa, papeles blancos y de colores, pinturas, rotuladores de cerámica (ideales para decorar piedras y otros objetos), tijeras, pegamento, algún memory casero, y cosas así que se me van ocurriendo.
Acompaña a tus peques mientras te muestran sus inquietudes viajeras
Tus hijos te irán haciendo preguntas sobre los destinos, te mostrarán sus inquietudes. Algo que en nuestra familia ha ido muy bien es dejar a la peque una cámara de fotos. Su forma de ves el viaje cambia totalmente, además de descubrir que tiene una mirada estupenda. Prueba a dejarles una cámara en sus manos. Seguro que te enseñarán muchas cosas de su visión del mundo.
Cuenta con que habrá paradas para descansar y para jugar, ¡y disfrútalas!
Da igual que estéis delante de la Ciudad Prohibida de Pekín o ante el gran monumento natural que supone Skógafoss, tus hijos no admirarán la belleza de la misma forma que tú. Déjales que jueguen, que se muevan en la medida de las posibilidades que les permita el lugar. Disfruta unos minutos con ellos. El lugar sigue allí para poderlo ver. En ese momento, si sabes vivir el presente, estaréis todos juntos recargando energía para disfrutar a tope del destino. Esos minutos generarán risa, la energía necesaria para seguir conociendo el lugar. Los niños funcionan en muchas cosas de manera diferente a la nuestra, jugar es su manera de descansar, desconectar y reconectar con cosas nuevas.
Viajar con niños hace bajar el ritmo y ver las cosas de forma diferente.
Pero, sin dudarlo ni un momento, no lo cambio por nada.
¿Qué recomendaciones harías a otros viajeros?